¡a otra cosa mariposa!

Bueno!!! volvimos!!! Este par de días sin blogger me sirvió para notar que tengo necesidad de publicar lo que escribo como una manera de sacármelo de encima o de decir, bueno, este tema ya está, ¡a otra cosa!

Reemplacé mis ganas de publicar con una nota en el face y listo. Me pregunto si no será esa misma necesidad la que impulsa a los escritores a publicar sus escritos (salvando las distancias y exceptuando a aquellos que publican por otros bajos intereses.). La verdad, poco me importan las razones de los demás, yo disfruto la lectura y entro en el tema tratado sin preguntarme qué fue lo que impulsó al autor.

uuuuh! pensé muchas cosas, desde abrir un nuevo blog hasta abandonar esta costumbre de sentarme a escribir, descarté todas.

Pero sigo teniendo esa sensación de “¡a otra cosa!”: veré. (continuará… jeje)

Grandes verdades

De pronto fue como si me despabilara de una pesadilla en la que estuve sumida durante un par de años; los desencadenantes de mi despertar:

La lectura de que tengo en mí los elementos para curar los daños.

Algo que me dijo mi nena.

Así de simple, como las grandes verdades que están ahí y uno se distrae con boludeces (!).

Hubiera querido subir un tema de Bob Marley ahora que vuelvo a tener sonido pero no lo consigo.

Me pregunto si titulo este post boludeces II o grandes verdades, elegiré el segundo título, no quiero quedarme con las boludeces.

Punto de saturación

He llegado a un punto de saturación, ya no quiero saber más nada con todos los problemas que me encajaron, que la abogada, que la EM...
Nunca imaginé que semejante sarta de pelotudos incompetentes (sólo muy competentes a la hora de ser pelotudos) iba a invadir mi vida, la abogada que me dice que no voy a tener ningún problema y después me llena de problemas, el diagnóstico EM que resulta ser un curro institucionalizado, estoy harta, podrida, saturada.

Yo no soy así, no estoy hecha para tanta boludez, me hinché.

Yo tengo mi vida, mi nena, mi gata, mi casa, mis amigos, mis libros. déjenme de joder.

Idioma gato

Lucy hace toda una serie de soniditos, cuando no, claros maullidos a viva voz, altamente interpretables, y no es porque yo sea trilingüe casi de nacimiento que le entiendo, porque hoy llamé al veterinario para que dé a Lucy su vacuna contra la rabia (¿no hay una para mi? ¿O una contra la bronca?... bah) y me pareció que cuando le hablé y le contesté a Lucy lo tomó como algo natural (o pensó “otra vieja loca”).

En fin, Lucy dijo “mmm!” con una suave tendencia a la i cuando el vete la pinchó.