31 de agosto de 2011

Gata hot


Hablando con una amiga mientras observábamos a Lucy contonearse, refregarse y adoptar poses indecentes para una gata de casa de mujeres solas, le comenté que no quería castrarla porque me parecía un acto de violencia contra la pobre Lucy que es todo dulzura; no obstante esta mañana me dirigí a San Google para averiguar cuánto dura el celo de una gata y con qué frecuencia nos visitará, a lo que descubrí un mundo, cosa que siempre me pasa cuando investigo en internet.

Como siempre me ocurre cuando me pongo a navegar, una cosa me llevó a la otra y terminé matándome de risa con la lectura del siguiente porno-gato:

(No lo hagan en su casa)

No hay comentarios: