22 de febrero de 2011

“pura espuma”.


Siempre recuerdo una ola que me revolcó, me revolcó, me revolcó mientras sólo veía arena y más arena al abrir los ojos bajo el agua y cuando me depositó en la orilla le dije a mi papá que había dicho: “esa ola que viene es pura espuma” con una ironía poco frecuente en una niñita de corta edad: “pura espuma”.

Esa anécdota ha pasado a ser en mi vida un símbolo, siempre la recuerdo en circunstancias similares, lo que me hace reflexionar acerca de lo cíclico de mi vida, siempre recuperándome de un tremendo revolcón.

Pues, acabo de llegar nuevamente a la orilla, de aquí en más el suelo se presenta estable, todavía tengo algunos magullones (ya cicatrizarán) y he recogido durante el revolcón algunos caracolitos que guardaré como recuerdo del último revolcón. Ya dirá el tiempo en qué devendrán esos caracolitos, si solo formarán parte del castillo de arena de mis recuerdos o se convertirán en algo más sólido (aunque también perecedero, depende…)

2 comentarios:

Carlobito dijo...

Pues es una anécdota inolvidable.

Los "caracolitos" de nuestros revolcones perdurarán mientras nosotros lo permitamos, dependiendo del lugar que ocupen en el castillo de nuestros recuerdos.

Un abrazo

Cassiopeia dijo...

Hermosa, tierna, pura y profunda reflexión.
Bienaventurados los que se revuelcan y logran atesorar caracolitos.
Besos!