25 de septiembre de 2011

Timbre


Hoy, domingo, me despertó el timbre a las diez de la mañana.
Como soy loba vieja enseguida me imaginé quién podía ser tan inoportuno y me asomé disimuladamente por la ventana: efectivamente, eran los evangelistas con su muy bien organizado “jode puerta por puerta”. Enseguida recordé una vez que al contestar el portero eléctrico me dijeron “te traigo la palabra de dios” a lo que contesté dónde podían metérsela y no fue precisamente en el buzón.
Yo soy atea de nacimiento aunque me bautizaron en la fe católica sin pedirme mi consentimiento  (por suerte tampoco me lo hicieron pagar a mi) y si bien pienso que la lacra más grande del cristianismo está en la iglesia católica, no soporto a ningún fanático cristiano en general ni en particular. Yo a nadie trato de convencer que tiene que creer en nada, cada uno cree, según su experiencia en lo que le viene en gana.


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