1 de septiembre de 2011

Candela "El hilo se corta por lo mas delgado"


Candela era -sin saberlo- lo mas delgado del hilo.
Un hilo que va desde su familia hasta las más altas autoridades de la nación, formando una madeja de corrupción y delito.
Una madeja que tenemos ante nuestros ojos aunque muchos no ven o no quieren ver.
Los piratas del asfalto, los narcotraficantes, los tratantes de personas, los reducidores de vehículos, etc...etc... etc... son parte de esa madeja, que involucra a policías, intendentes, legisladores, gobernadores y políticos en diversas funciones.
Quien conozca mínimamente cómo funciona la justicia en nuestro país, desde los niveles más altos hasta el último de los pinches, comprenderá de que hablo.
Hace unos años un presidente uruguayo dijo que los argentinos somos todos delincuentes, desde el primero hasta el último, lo que desató un escandalete que acabó con el presidente de marras gimoteando y pidiendo perdón.
Sin embargo el hombre no estaba demasiado equivocado, ya que se puede delinquir por acción o por omisión. Veamos algunos ejemplos...
Una sociedad formada por individuos honestos, no puede aceptar que sus máximas autoridades se enriquezcan de manera escandalosa durante el desarrollo de sus funciones, convalidando ese delito en cada elección. No voy a dar nombres, pero los ejemplos abundan.
Tampoco puede aceptar que esas mismas autoridades le mientan descaradamente, como lo hacen con las cifras del INDEC.
Ni aceptar como normal que las comisarías de la policía se transfieran entre los comisarios como si fuera un negocio cualquiera.
Ni aceptar que los funcionarios corruptos no paguen por sus delitos y en cambio gocen sus dineros mal habidos impunemente.
Ni que un ministro y aspirante a la vicepresidencia de la nación se haga fotografías abrazándose con un criminal confeso.
Ni que algunos prominentes miembros del gabinete nacional tengan antecedentes penales.
Ni que un ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación alquile sus propiedades a personas que ejercen la prostitución, a través de un administrador trucho con el que convive, declarando luego ante la opinión pública que desconoce el asunto.
Etc... etc... etc...
La lista sería interminable y cada uno de nosotros podría aportar muchos ejemplos.
Seguramente a algunos estas reflexiones les parecerán descabelladas o "destituyentes", pero la verdad es que todos estos niveles de corrupción y delito están relacionados los unos con los otros.
Desde el primero al último, como dijo el uruguayo.
El hecho es que ningún país del mundo y sus alrededores puede despegar con semejante lastre, que muchos pasan por alto con el mayor de los entusiasmos.
Hoy ha sido Candela y mañana puede ser cualquier otro argentino.
Todos estamos en la mira y a muchos no les importa.
Por ejemplo, al 50% de los argentinos que han votado en la elecciones del pasado 

Eduardo Ferrari

1 comentario:

Margarita dijo...

Me pregunto por qué vivo el asesinato de Candela con tanto dolor si en realidad no la conocía y es probable que nunca la hubiera conocido. Será porque intuía todo lo que explica tan claramente Eduardo Ferrari, que no es ninguna novedad, que todos lo sabemos, no porque leamos “Clarín el malo” ni porque nos llenen la cabeza “los medios” lo sabemos simplemente porque vivimos cada día en “este” país y aunque la propaganda es bulliciosa, sobre todo en época pre-electoral, sabemos.