6 de agosto de 2010

El complejo de Faetón o una trágica utopía adolescente.



Faetón hijo de Helios el sol, siendo cuestionado por un amigo acerca de su padre,

ya que su madre tenía una nueva pareja, fue a su casa dispuesto a averiguar la verdad.

Helios, para probarle su amor paternal, le prometió que cumpliría cualquier deseo que expresara.

Faetón impulsado por la ambición de demostrar, no sólo a su amigo sino a todo el universo su orgullo, le pidió prestado su carro tirado por caballos con el cual el sol hacía su recorrido diario.

Helios se espantó: Faetón no podría con el carro, era peligroso, los caballos eran difíciles de gobernar, necesitaba experiencia, le daría vértigo.

Helios trataba de demostrar a su hijo que su preocupación y su temor eran la prueba más genuina de su paternidad, pero Faetón no lo entendía así, para él, el préstamo del carro era la demostración acabada de su confianza hacia un ser de su misma sangre.

Helios se atormentaba, había dado su palabra y no podía echarse atrás. Por lo tanto accedió a prestarle el carro tras hacerle mil recomendaciones, trató de asustarlo, que se diera cuenta de que no tenía la edad ni la experiencia suficientes, que el recorrido no era para nada placentero. Todo fue inútil, allá se fue Faetón con su porfía adolescente y el carro de papá.

Faetón montó en el carro y al instante quedó fascinado por su magnificencia, la excelencia de los detalles, el lujo de su interior.

Ya desde el vamos empezaron las dificultades, los caballos no percibían al jinete porque era demasiado liviano y creyeron que el carro iba vacío, si normalmente eran impetuosos y difíciles de gobernar, esta circunstancia los volvía imposibles.

El carro se dirigió a toda velocidad hacia las alturas y la vista de la tierra allá abajo tan lejos, sacudió el espíritu de Faetón, sintió frío; pero inmediatamente ve abrasarse las estrellas, evaporarse las nubes e involuntariamente suelta el freno, éste golpea la grupa de los caballos que se enardecen aún más. El carro cambia de dirección y se dirige a la tierra, las llamas comienzan a devorar las cumbres más altas, siguen con los valles, ciudades, campos, los ríos se secan y los mares hierven, mueren los peces, la Tierra levanta desesperada su cara al cielo y suplica a Zeus que la mate él antes que este adolescente inconsciente.

Faetón está paralizado, no puede creer lo que está viviendo, no puede creer ser el protagonista de semejante desastre, algo le dice que no hay retorno para él siendo mortal pero no termina de entenderlo. Sólo atina a sostenerse dentro del carro que se sacude incontrolable.

Zeus, desde el monte Olimpo no tembló al arrojar su rayo poderoso directamente al jinete, haciéndolo caer.

(dedicado as "autoridades" que tienen el poder)

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