21 de julio de 2010

Coletiverosaurio: depredador urbano.



(y los colectiveros que no lo son, que doy fe que los hay y en cantidad, que ayuden a exterminarlos.)



Con Lulú siempre vemos “animal planet”, es uno de nuestros programas de tv preferidos (junto con Phineas y Ferb que adoro, algún día dedicaré un post a Phineas).

Y luego le doy una leve hojeada al noticiero mientras hago dos millones de cosas que por cierto son mucho más interesantes (hasta hervir una papa es más interesante).

Lo que llamó dolorosamente mi atención ayer fue el brutal accidente protagonizado por una mamá y sus dos hijos atropellados por un incalificable colectivero al mando de uno de estos bólidos que amenazan nuestra salud con su bocina de ruta en plena ciudad, los altísimos decibeles de sus motores resoplantes y su forma de conducir absolutamente irresponsable y temeraria.

Por supuesto, no hay quien controle ni quien nos proteja ni quien nos consuele de tamaña violencia, estamos en la Argentina.

Por lo menos el espinosaurio mataba para subsistir.

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