9 de julio de 2010

La internacional



Éramos alumnas pupilas de un exclusivo colegio en el lejano oeste del Gran Buenos Aires. Vivíamos en un chalet estilo inglés rodeado de una fronda húmeda y perfumada.

Un día el entrar en el baño de la planta baja me encuentro con un enorme sapo.

La primera idea que me vino a la cabeza fue “la internacional”.

“La internacional” era una compañera de colegio nueva, creo que paraguaya, que siempre repetía que había viajado tanto por el mundo y vivido en tantos países diferentes que se consideraba “internacional” logrando de este modo una mirada de desdén y un sentimiento de pena y desprecio en el resto de sus compañeras.

Corrí a mi cuarto en la planta alta y busqué una caja de zapatos vacía, ahí metí el sapo.

Comenté con mis compañeras mi hallazgo y metí el sapo dentro de la cama de “la internacional”.

Luego la vida siguió su rutina como siempre; timbre para cenar a las siete de la tarde, timbre para hacer la tarea a las ocho, luego al “house” a bañarse y a dormir. No me acordé más del pobre sapo que estaba dentro de la cama de “la internacional” hasta que cuando me duchaba en el baño de la planta alta escucho un griterío que culmina con un: “Margarita! Vení a buscar tu sapo!

El pobre sapo estaba medio muerto en la cama recién abierta, ninguna de las chicas se animaba a agarrarlo, la internacional yacía tendida cuan larga era medio desmayada en el suelo de su cuarto y una compañera de daba aire con la mano.

Tomé al sapo y lo solté en el jardín.

2 comentarios:

Cassiopeia dijo...

Yo me hubiera muerto!!!!
TQM

Margarita dijo...

pues "la internacional" sobrevivió. Pobre! ni me acuerdo cómo se llamaba!